Mi experiencia en la
universidad ha supuesto una gran cantidad de cambios que me
han afectado a nivel personal y académico. Uno de los cambios más
significativos se encuentra en el hecho de que el método de trabajo
de la universidad me ha dado más autonomía. Por ejemplo, nos
han enseñado a buscar en la biblioteca y en Internet,
por lo que se espera de nosotros que seamos capaces de encontrar todo
aquello que necesitemos.
Por otra parte, la etapa
universitaria nos ayuda a conocer gente nueva, a relacionarnos más
con los demás y sobre todo a trabajar con ellos (se fomenta mucho el
trabajo en grupo). Además, he de decir que lo más difícil
en la universidad es la adaptación a la forma de trabajar y
hacer frente a la incertidumbre que suponen los exámenes, la forma
de evaluar de los profesores… Sin embargo, estar ante tantas formas
de ver la Educación me ha enseñado a llevar un ritmo de trabajo
bastante fuerte y a desarrollar todo mi potencial como estudiante,
siempre a través del esfuerzo y a aprender también de los demás.
Ya en tercero de carrera, el periodo de adaptación ha quedado atrás
y lo miro como una anécdota o una etapa superada.
Es llamativo, además, el
conjunto de asignaturas diferentes (respecto a bachillerato), el uso
continuo de las nuevas tecnologías y el aula virtual,
las cuales nos benefician de cara a un futuro laboral. Por
otra parte, valoro el uso de las tutorías (para resolver
cuestiones personales y puntuales) y los seminarios, donde
podemos tener el seguimiento de los profesores junto con los grupos
de trabajo. Otro dato importante es que en muchas ocasiones hay que
exponer los trabajos, lo cual nos dará una soltura cuando
hablemos en público.
Finalmente, debo comentar
que me gusta la planificación de los exámenes, pues se
valora la madurez del alumno/a a la hora de organizarse en sus
estudios. Por otra parte, al haber varias convocatorias, la
situación se hace más llevadera.