Cuando nos preparamos para la actividad docente, en pocas
ocasiones nos planteamos que no todos los centros son iguales. Hay que ser
conscientes de que hay lugares todavía que están aislados, no sólo a nivel
geográfico, sino que parecen también anclados en el tiempo. Parece increíble,
pero todavía hay zonas rurales como es el caso del centro de Educación Infantil y Primaria “Lomo Pelado”, en donde las
familias parecen casi contentarse con
que sus hijos e hijas aprendan simplemente a leer y a escribir. No se plantean
en ningún momento que éstos puedan aspirar a salir de este enclave rural y que
puedan desear tener un modo de vida totalmente diferente.
Es bastante frustrante para los profesionales motivados por
lograr cambios ver cómo es casi imposible romper con la tendencia de hace
muchísimos años.
El escaso nivel cultural que hay en la zona tampoco ayuda que digamos.
Cuando los padres y los abuelos de los niños nunca se han preocupado por que
los niños conozcan mundo más allá de esas lomas, ellos mismos los están
condenando a que queden confinados, aislados del mundo. Es triste, pero muchos
de esos niños nunca han estado en la playa (y no viven a cientos de kilómetros
del mar, vivimos en una isla), en un cine…Muchos de ellos tienen que quedarse
en la casa al cuidado de los animales y posiblemente de los hermanos pequeños
(algo que por cierto se fomenta en el centro de infantil y de primaria, pues se
les incita para que los mayores cuiden de los niños y niñas más pequeños). Se
les está robando su infancia y
se les está cortando las alas desde niños, limitándolos físicamente y
mentalmente a salir de ese círculo vicioso que no es más que una vida
sacrificada al servicio de sus familias.
Cuando un profesor llega por
primera vez a uno de estos centros debe ser bastante desconcertante y difícil
atender a tantos niños con diferentes necesidades. En ocasiones decimos que hay
que acercar la cultura a todos los
lugares, por muy remotos que sean e independientemente de la cantidad de
alumnos que haya (sólo dieciséis). Sin embargo, tal vez estemos enfocando mal
el problema. Realmente, lo más
instructivo para estos niños es hacerlos salir de su entorno y tan siquiera de
esta forma, al ir a otras zonas más desarrolladas en donde habría más niños y
una realidad diferente, éstos podrían conocer otra forma de actuar, otras
ideas, otra forma de ver lo que les rodea, abriendo su mente a las distintas
posibilidades que nos ofrece la vida.
Lo que es indudable es que
debería haber un control exhaustivo
sobre la asistencia de estos niños a los centros educativos, pues es cierto
que sus familias suelen utilizarlos como mano de obra en las tareas de los
adultos, algo que no les corresponde a ellos (otra cosa diferente es ayudarles
fuera del horario escolar y sin afectar a su derecho a tener una educación
digna).
En fin, es un tema tan
complicado…
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