jueves, 28 de marzo de 2013

Infancia robada


Cuando nos preparamos para la actividad docente, en pocas ocasiones nos planteamos que no todos los centros son iguales. Hay que ser conscientes de que hay lugares todavía que están aislados, no sólo a nivel geográfico, sino que parecen también anclados en el tiempo. Parece increíble, pero todavía hay zonas rurales como es el caso del centro de Educación Infantil y Primaria “Lomo Pelado”, en donde las familias parecen casi contentarse con que sus hijos e hijas aprendan simplemente a leer y a escribir. No se plantean en ningún momento que éstos puedan aspirar a salir de este enclave rural y que puedan desear tener un modo de vida totalmente diferente.

Es bastante frustrante para los profesionales motivados por lograr cambios ver cómo es casi imposible romper con la tendencia de hace muchísimos años.

El escaso nivel cultural que hay en la zona tampoco ayuda que digamos. Cuando los padres y los abuelos de los niños nunca se han preocupado por que los niños conozcan mundo más allá de esas lomas, ellos mismos los están condenando a que queden confinados, aislados del mundo. Es triste, pero muchos de esos niños nunca han estado en la playa (y no viven a cientos de kilómetros del mar, vivimos en una isla), en un cine…Muchos de ellos tienen que quedarse en la casa al cuidado de los animales y posiblemente de los hermanos pequeños (algo que por cierto se fomenta en el centro de infantil y de primaria, pues se les incita para que los mayores cuiden de los niños y niñas más pequeños). Se les está robando su infancia y se les está cortando las alas desde niños, limitándolos físicamente y mentalmente a salir de ese círculo vicioso que no es más que una vida sacrificada al servicio de sus familias.

Cuando un profesor llega por primera vez a uno de estos centros debe ser bastante desconcertante y difícil atender a tantos niños con diferentes necesidades. En ocasiones decimos que hay que acercar la cultura a todos los lugares, por muy remotos que sean e independientemente de la cantidad de alumnos que haya (sólo dieciséis). Sin embargo, tal vez estemos enfocando mal el problema. Realmente,  lo más instructivo para estos niños es hacerlos salir de su entorno y tan siquiera de esta forma, al ir a otras zonas más desarrolladas en donde habría más niños y una realidad diferente, éstos podrían conocer otra forma de actuar, otras ideas, otra forma de ver lo que les rodea, abriendo su mente a las distintas posibilidades que nos ofrece la vida.

Lo que es indudable es que debería haber un control exhaustivo sobre la asistencia de estos niños a los centros educativos, pues es cierto que sus familias suelen utilizarlos como mano de obra en las tareas de los adultos, algo que no les corresponde a ellos (otra cosa diferente es ayudarles fuera del horario escolar y sin afectar a su derecho a tener una educación digna).

En fin, es un tema tan complicado…

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